martes, 4 de julio de 2017

Ruptura total entre la fiscal general de Venezuela y el Gobierno de Maduro.


El primer lunes de julio mostró ser un punto de inflexión en un mes que ya se asoma como decisivo en la grave crisis política y socioeconómica a la que se enfrenta Venezuela. Si ya corría una cuenta regresiva, la de las elecciones del 30 de julio para escoger los diputados a la Asamblea Constituyente que el Gobierno de Nicolás Maduro impulsa, la oposición decidió acortar el plazo al convocar desde la Asamblea Nacional un referendo consultivo para el 16 de julio, en el que se preguntará a los participantes si aprueban o rechazan la Constituyente.
"Estamos preparados para iniciar las acciones que haya que iniciar para lograr un país con vida y futuro, una Venezuela digna y justa que nos llene de orgullo", dijo el presidente del Parlamento y dirigente del partido opositor Primero Justicia (PJ), Julio Borges, en un acto en el que participaron representantes de las demás organizaciones agrupadas en la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) y de gremios y organizaciones de la sociedad civil.
El llamado a un referendo consultivo está incluido en un documento al que Borges dio lectura durante el evento, y que lleva el título de Que sea el pueblo el que decida. La oposición invoca el artículo 71 de la Constitución vigente para que la Asamblea Nacional convoque y organice una consulta popular. Más de 1.500 centros de votación serían puestos a disposición de los ciudadanos en esa jornada, con la que la MUD intenta ofrecer una demostración de su fuerza y desligitimar el llamado oficialista a redactar una nueva Constitución. Según diversos estudios de opinión, no más del 20% del padrón electoral estaría dispuesto a acudir a las urnas el 30 de julio, fecha en que el chavismo gobernante realizará las elecciones para “su” Asamblea Constituyente.
A pesar de los rumores que anunciaban su comparecencia, al acto no acudió la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, disidente del chavismo y quien luce dispuesta a ejercer un rol de bisagra para la transición política que la oposición intenta producir.
De cualquier manera, minutos antes del llamado opositor a referendo, Ortega Díaz dio un importante voto de confianza a la Asamblea Nacional. En el Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento, durante una sesión en la que se trataba la ratificación en su cargo del vicefiscal Rafael González Arias, recientemente destituido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Ortega Díaz dijo a los diputados de la mayoritaria banca opositora que “ustedes están al servicio del Estado y el Ministerio Público también, yo creo que esta Asamblea Nacional está legitimada”.
Desde septiembre pasado, por otro pronunciamiento del TSJ, la Asamblea Nacional se encuentra en estado de “desacato” y sus actuaciones se consideran nulas.
La propia fiscal enfrenta horas decisivas. Este martes se realizará en el Supremo la sesión en la que Ortega Díaz debe prestar testimonio acerca de las “faltas graves en el ejercicio de su cargo” que presuntamente habría cometido y por las que el dirigente oficialista Pedro Carreño solicitó la apertura de un antejuicio de mérito contra la titular del Ministerio Público. El TSJ aceptó la petición y convocó para el 4 de julio una audiencia. Sin embargo, se da por descontado que Ortega Díaz no asistirá y que el máximo tribunal procederá a designar un sustituto.
Sin embargo, la fiscal en rebeldía se ha jurado dispuesta a vender cara su posible defenestración. En horas de la mañana, distribuyó a través de la cuenta oficial del Ministerio Público un video en el que expresa su “firme decisión de defender la Constitución y velar por su vigencia” en un momento en el que, afirmó, “peligra la democracia en Venezuela”.
El toma y dame entre el Gobierno y la fiscal a la que califica de “traidora” siguió escalando durante el día hasta alcanzar niveles de vértigo. Agentes de la Contraloría General de la República, el organismo dependiente del Ejecutivo que supervisa la pulcritud de la gestión administrativa pública, adelantaron una campaña de inspecciones en las sedes del Ministerio Público a lo largo del día. Al final de la tarde, dirigentes gremiales cercanos al Gobierno acudieron al ente a denunciar a Ortega Díaz por presunta malversación de fondos públicos.
Casi al mismo tiempo, el TSJ declaró nula la citación que la fiscal había cursado al ex comandante de la Guardia Nacional, general Antonio Benavides, para imputarlo por delitos contra los derechos humanos que habría en las operaciones de control de las protestas que la oposición mantiene en las calles de Caracas y otras ciudades venezolanas desde comienzos de abril.
“Que hagan todas las auditorías que quieran al Ministerio Público”, respondió desafiante Ortega Díaz, quien contratacó en horas de la trde al enviar a autoridades de Estados Unidos una rogatoria de información sobre el caso de Efraín Campos Flores y Franqui Flores, dos sobrinos de la Primera Dama, Cilia Flores, que son procesados por un tribunal del Distrito Sur de Nueva York bajo cargos de narcotráfico.
La fiscal también recusó a 17 de los integrantes de la Sala Plena del TSJ que la juzgarán el martes en la audiencia sobre sus presuntas irregularidades.
La de la fiscal se ha convertido en la deserción más significativa y amenazante para el Gobierno de Maduro, que mueve sus fichas para sacarla del tablero.
El sábado la oposición celebró una concentración multitudinaria en el Este de Caracas a la convocó en defensa de la fiscal Ortega Díaz. No obstante, esta trata de ubicarse como la punta de lanza de un movimiento disidente dentro de las filas del oficialismo que busca rescatar al chavismo original.

Corea del Norte lanzó nuevo misil!


Corea del Norte ha anunciado este martes que el último misil que ha lanzado tiene un alcance intercontinental. Se trata de un Hwasong-14 que alcanzó una altura de 2.802 kilómetros y voló durante 39 minutos, según ha indicado el régimen en un anuncio televisado, en el que ha mostrado la orden de lanzamiento escrita por el Líder Supremo del país, Kim Jong-un.
"Kim Jong-un supervisó personalmente el lanzamiento y declaró su brillante éxito ante el mundo", indicó una presentadora en la retransmisión especial, acompañada de imágenes del lanzamiento del cohete. Corea del Norte "tiene un misil intercontinental muy poderoso que puede llegar a cualquier parte del mundo", declaró.
El misil fue lanzado en torno a las 09.40 hora surcoreana en dirección al Mar de Japón y cayó a menos de 200 kilómetros del archipiélago. La prueba se efectuó desde la base aérea de Panghyon, donde el 2 de febrero el Ejército norcoreano estrenó el Pukguksong-2, también conocido como KN-15, con un alcance de 3.000 kilómetros. Según las autoridades surcoreanas, recorrió más de 930 kilómetros, una distancia significativamente mayor a la de otros disparos realizados anteriormente. El Ministerio de Defensa nipón calculó que su altura había "excedido ampliamente" los 2.500 kilómetros.
Los expertos están de acuerdo en que, a la vista de los datos, el proyectil es un cohete intercontinental.“Si los informes son correctos, este mismo misil podría alcanzar un recorrido máximo de unos 6.700 kilómetros en una trayectoria estándar”, ha apuntado David Wright, de la Union of Concerned Scientists. Ese recorrido, apunta, “le permitiría llegar a toda Alaska”. No podría, en cambio, alcanzar Hawai o los 48 estados de la gran masa continental estadounidense.
El nuevo ensayo balístico ha suscitado una escalada en la tensión. El lanzamiento desató este lunes la ira de Donald Trump. Nada más conocerse la prueba, el presidente de Estados Unidos echó mano a Twitter y se dirigió a Kim Jong-un, en estos términos: “¿No tiene este tipo nada mejor que hacer con su vida? Difícil creer que Corea del Sur y Japón vayan a aguantar mucho más. Quizá China haga un movimiento de peso en Corea del Norte y ponga fin a este sinsentido para siempre”.
 El Ejército estadounidense aseguró que se trata de un misil de medio alcance, pero el presidente surcoreano, Moon Jae-in, explicó durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional que existe la posibilidad de que el cohete tuviera un alcance intercontinental, el gran objetivo que se ha marcado el régimen norcoreano este año.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, calificó esta última prueba de "inaceptable" y estimó que "claramente muestra que la amenaza (norcoreana) se está acrecentando", informa Efe.
El viernes pasado Trump afirmó que la paciencia con Corea del Norte “había tocado a su fin”. “Nos enfrentamos a la amenaza de un implacable y brutal régimen, cuyo programa balístico y nuclear requiere una respuesta firme. Nuestro país busca la paz y la prosperidad, pero siempre nos defenderemos y defenderemos a nuestros aliados”, proclamó Trump en un discurso en la Casa Blanca, acompañado por su homólogo de Corea del Sur, Moon Jae-in. Ambos, sin embargo, dejaron abierta la puerta al diálogo con el régimen norcoreano si se cumplen ciertas condiciones, algo por lo que ha abogado el nuevo presidente surcoreano desde que llegó al poder.
Pyongyang ha entrado en rumbo de colisión con Washington. El régimen lleva 20 años perfeccionando su arsenal para lograr un misil intercontinental que alcance a Estados Unidos. En este tiempo ha logrado desarrollar una bomba atómica de dos kilotones (el doble que Hiroshima) y en su radio balístico ya entran Corea del Sur y Japón. El mes pasado probó con éxito un motor que le permitiría lanzar misiles intercontinentales, según Estados Unidos.
Ante el fracaso de la ONU, la Casa Blanca ha apostado por desplegar su poderío naval y presionar a China, que absorbe el 90% del comercio norcoreano, para que frene a Corea del Norte. Pekín, de momento, no ha respondido positivamente. Esta semana, en el G-20 de Hamburgo ambos presidentes tienen prevista una reunión para tratar este explosivo asunto.
El lanzamiento coincide además con el aumento de las fisuras entre Washington y Pekín por el programa de armamento norcoreano. Tras el encuentro del pasado abril entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, el presidente estadounidense optó por rebajar el tono con China en asuntos espinosos como el comercio bilateral a cambio de instarle a presionar a Pyongyang.
Pero en las últimas semanas, los tuits del presidente y varias acciones tomadas por la administración estadounidense dan señales de que a Trump se le está acabando la paciencia con Pekín. Entre estas está la imposición de sanciones a un banco chino acusado de lavar dinero procedente de Corea del Norte, la venta de un nuevo paquete de armamento a Taiwán o el envío de un barco de guerra estadounidense cerca de las islas Paracel, en el Mar de China Meridional, foco de disputas de soberanía entre Pekín y varios de sus vecinos.